Ciertamente, su alocada apariencia es el producto de miles de años de evolución en un territorio desértico e inhóspito. Sus largas patas le permiten transportarse por medio de saltos, limitando el contacto con la ardiente superficie, mientras que sus grandes orejas le brindan un maravilloso medio para radiar el calor corporal.
Por supuesto que dichas características varían dependiendo de la sub-especie, por ejemplo, encontramos algunos con orejas largas como su mismo cuerpo y otros con orejas más pequeñas pero de pelaje más fino.
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